sábado, 18 de agosto de 2018

LA ESCRITORA RIOJANA MARÍA LEJÁRRAGA Y LA VOZ DE LAS MUJERES. PARTE II:

(Continuamos con este tema que ya comenzamos anteriormente en otro apartado. Recomendamos a quien no lo haya hecho ya leer antes la primera parte del mismo titulada “La escritora riojana María Lejárraga y la voz de las mujeres. Parte I” y que podrá encontrar en nuestra página de divulgación de historia riojana aquí: LA ESCRITORA RIOJANA MARÍA LEJÁRRAGA Y LA VOZ DE LAS MUJERES. PARTE I: )

Retrato de María
En el año 1900 casada y viviendo en Madrid, María pasa a una nueva etapa de su vida como también lo hará la situación de la mujer en España. En esta época se comienza a debatir la cuestión del feminismo y los derechos de las mujeres, e incluso se llega a plantear reconocer el voto femenino a “las madres de familia, viudas o mayores de edad, a quienes corresponda el ejercicio de la patria potestad, debiendo emitir su voto por escrito o por medio de apoderado en la forma que los reglamentos lo determinen”. Una propuesta finalmente rechazada. Asimismo, una nueva reforma política permitió el acceso de la mujer al mercado laboral en ramas diferentes a la del magisterio, profesión esta tradicionalmente vinculada a la población femenina y de las pocas a las que podían acceder. La misma lleva pareja un aumento del acceso de la mujer a la enseñanza media, aunque no sin dificultades. Sin embargo, a pesar de esto, el fondo ideológico que existía entonces no había cambiado y el fin de la mujer para la sociedad de la época seguía siendo el matrimonio y la maternidad. Algunas féminas batallaron por ampliar sus derechos. Una de ellas fue nuestra protagonista, la cual prestó su voz y su escritura a la causa participando en conferencias y actos de propaganda sobre el tema. Además escribió varios libros como “Cartas a las mujeres de España” (1914), “Feminismo, feminidad y españolismo” (1917), y realizó numerosas colaboraciones en prensa, entre las que destaca la sección “La Mujer Moderna” en 1915 dentro de la publicación “Blanco y Negro”. También participó en la creación de algunas asociaciones feministas como la “Unión de Mujeres de España (UME)” en 1917 o el “Lyceum Club” en 1926 de carácter aconfesional y que supuso la crítica y el rechazo del sector católico español. Una muestra de esto la podemos ver en el Diario Carlista, en el cual se escribe que es un gravísimo peligro la existencia de este grupo por reunirse en el “¡..mujeres solas, libres de la presencia y de la autoridad del marido!” y que pretendía según ellos “acabar con la Religión corrompiendo a la mujer y apoderándose del niño”.

En 1920, Lejárraga participó en el “Congreso de la International Woman Suffrage Alliance”, de carácter feminista, representando a España y colaboró en la redacción de una carta sobre derechos femeninos.

En 1931, con el comienzo de la segunda república, María esperaba poner fin a las antiguas formas de hacer política tan poco favorecedoras para las mujeres. Se afilio al PSOE, partido con el que ya venía colaborando anteriormente por afinidad ideológica a través de la Agrupación Femenina Socialista de Madrid, participando en numerosos mítines. Una de las dificultades que encontró a la hora de intentar hacer efectivas sus reivindicaciones y hacer partícipe de ellas a otras mujeres fue el limitado bagaje cultural que tenía entonces el sector femenino de la población, el cual era consecuencia del veto educativo de género que entonces existía. Para solucionar el problema fundó una asociación llamada “Asociación Femenina de Cultura Cívica” en 1931 con objetivos educativos y que se declara ajena a cualquier partido político. No obstante, sí buscaba capacitarlas para que fueran ellas mismas las que eligieran su propia opción ideológica y política. Tuvo bastante éxito y seis meses después de su fundación contaba con seiscientas socias.
María con su secretaria

El 9 de octubre de 1933 Niceto Alcalá Zamora, presidente de la república, convocaba elecciones para el 19 de noviembre en primera vuelta y el 3 de diciembre para la segunda. El PSOE recomendó incluir en las candidaturas a mujeres, algo que sucedió en todas las circunscripciones electorales excepto en la de Madrid. Nuestra riojana se presentó para la de Granada y tras una trabajosa campaña electoral y una situación nada fácil, finalmente obtendrá su escaño desde el cual lucharía por los derechos femeninos.

Con el inicio de la guerra civil la riojana tuvo que exiliarse por Francia, México y Argentina. Al llegar el franquismo vio frustrado todo su empeño de mejorar la situación de la mujer en España, cuyos progresos en este ámbito para los que trabajó y lucho tanto fueron dilapidados en un brevísimo espacio de tiempo. Fue ignorada y olvidada. Finalmente murió en el exilio en Buenos Aires, poco antes de cumplir los cien años de edad en 1974. No deja de ser chocante que la sección femenina de la falange representara en 1936 “Canción de Cuna”, obra de nuestra protagonista, lo que demuestra hasta dónde puede llegar la ignorancia.

Actualmente cuenta con una calle en su nombre localizada en Logroño.

En nuestro artículo nos hemos centrado brevemente en la María activista, política y defensora de los derechos de las mujeres. Con ello no queremos desmerecer en ningún momento su talento como escritora, a la altura de las mejores plumas españolas. Una faceta de la riojana, que tendrá posiblemente otro apartado en nuestra página.

(En la foto un retrato de María de la O Lejárraga realizado por Julio Romero de Torres en 1928 y una foto suya con su secretaria)

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