lunes, 6 de abril de 2020

La Rioja en el Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal de Sebastián Miñano de 1826.


Entre los años 1826 y 1845 Sebastián Miñano nacido en 1779 en Becerril de Campos (Palencia) publicó su  Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal en el cual va repasando alfabéticamente cada localidad o territorio de estos dos países, hablando de su geografía, sus habitantes o producciones. Si bien se menciona a La Rioja multitud de veces en la obra, hay en el tomo VII del mismo  un apartado dedicado específicamente a ella, del cual  que vamos a hablar.
  
Portada del diccionario de Sebastián Miñano

El autor dedica bastantes líneas a La Rioja, un texto que se extiende a lo largo de cuatro páginas y en el cual, a pesar de haber transcurrido casi doscientos años de su publicación, hay muchos aspectos que hoy en día nos resultan familiares. El primero de ellos es la geografía, así Sebastián Miñano define a La Rioja como delimitada al sur  en la divisoria de aguas entre las  cuencas del Duero y del Ebro y en las montañas de esta zona, al oeste en las cordilleras que van desde los montes de Oca hasta Miranda de Ebro y el tercero, al norte, lo sitúa en la sierra de Cantabria o sierra del  navarro, como él la llama y en el propio Ebro que separa la región de Navarra.  Al finalizar la descripción de los límites geográficos, señala en sus palabras que “entre estos  cuatro límites está el nacimiento curso y fin de los siete ríos cuyos orígenes y formación distinguirán eternamente al territorio de La Rioja de todas las otras provincias españolas"donde vemos una clara referencia a los siete valles y siete ríos que hoy también describimos al hablar de La Rioja. A continuación enumera y define estos cauces fluviales, que son el Tirón, el Oja, el Najerilla, el Iregua, el Leza, el Cidacos y el Alhama con la inclusión de la ciudad de Alfaro que es el séptimo, donde queda delimitada La Rioja por el este.


Posteriormente pasa a definir las producciones riojanas en la que señala su riqueza en cuanto a frutos, cereales y vino, así como aceite,  ganado lanar, pesca y muchas hortalizas. También desarrolla la industria que tenían la región entonces, la cual estaba vinculada a la producción de aguardiente y paños, su población era antaño de 220000 habitantes. 

Otro aspecto que nos recuerda a la actualidad es su división y es que al igual que aparece en otras referencias anteriores como en  el Mapa de La Rioja de Tomás López de 1769 o en el Compendio Historial de la provincia de La Rioja de 1701 el autor comenta que La Rioja se divide en dos mitades, la alta y la baja.

También habla de sus edificios religiosos, así describe que la diócesis de Calahorra tiene sus catedrales en Santo Domingo y en Calahorra y añade dos colegiatas en Logroño y otra en Albelda.  Santa María la Redonda de Logroño no es catedral en esta época, si no que lo sería más adelante. Otros monumentos que describe son sus monasterios de San Millán de la Cogolla que ya entonces Miñano define como “el Escorial de La Rioja”, frase esta que ha llegado hasta nosotros en la actualidad o el de Casalarreina.

Por último, acaba hablando sobre el carácter de los riojanos, los cuales describe como gente robusta,  muy laboriosa y muy dedicada a la agricultura, especialmente a los viñedos, así como también dice que son “muy adictos al servicio de las armas”. En cuanto a las mujeres riojanas comenta que son “airosas, llenas de gracia y muy hacendosas en sus respectivos ministerios”.

Es notorio, por  algunas frases del texto, que posiblemente el autor utilizara para informarse y elaborar el mencionado apartado sobre La Rioja documentos anteriores como el Compendio historial de La Rioja de 1701 o  alguno de los escritos enviados  a cortes a comienzos del siglo XIX por los hermanos Fernández de Navarrete como el titulado Discurso sobre la necesidad, utilidad y ventajasque resultarían a la Rioja y al Estado, en su erección a Provincia Política dela Monarquía, e independiente de las demás, debido a que algunas partes del texto recuerdan bastante a las mismas.

Para acabar con nuestro artículo, debemos poner de relieve brevemente el contexto político en el que se realiza la obra y es que lo hace en uno de los momentos más importantes para la historia riojana. Como ya hemos explicado en otros artículos, la provincia de Logroño nació en 1822 con el propósito de dotar de un marco administrativo provincial a un territorio que era llamado La Rioja desde muy antiguo y definido en la presente obra. Esta provincia, aunque llegó a funcionar a todos los efectos, fue disuelta en 1823 como consecuencia de la reacción absolutista que conllevaría la derogación de las disposiciones liberales, eliminando la división administrativa provincial española. La misma  es reinstaurada diez años después en 1833. Pues bien, el presente documento se escribe entre estas dos fechas, entre 1823 y 1833, cuando La Rioja había sido erigida en provincia y vuelta a disolver, de esta manera el propio autor razona en la obra sobre La Rioja en sus palabras que “Es pues uno de los distritos más proporcionados  por la naturaleza para formar provincia separada con gobierno y administración propia”, algo que volverá a suceder como comentamos en 1833.

Una de las páginas dedicadas a La Rioja





Enlace al diccionario visible integramente en versión digital on-line: http://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=714