Martín Zurbano fue un militar de ideología liberal progresista, que
si bien tenía una larga carrera en este ámbito solamente alcanzó la fama
con su muerte por fusilamiento, tras liderar un levantamiento contra el
gobierno moderado de Narváez. Este suceso lo convertiría en un mito del
liberalismo sobre todo en su tierra de origen, La Rioja.
Nació
en Varea el 29 de febrero de 1788 en el seno una familia dedicada a las
labores agrarias. Si bien esta fue la ocupación de nuestro protagonista
que simultaneaba con actividades de contrabando, también fue un
destacado militar en varias contiendas. Participó en la guerra de la
independencia contra los franceses dentro de una de las partidas de
guerrillas que actuaban en La Rioja llamada La Comandada por Cuevillas,
se alistó en las filas liberales del ejército dentro de la milicia
nacional logroñesa durante el Trienio Liberal. Por su participación en
la causa liberal fue encarcelado tras la invasión de los Cien mil hijos
de san Luis y el retorno al absolutismo, pero su actividad militar más
gloriosa fue en las guerras carlistas de isabelinos contra cristinos.
Tenía una ideología liberal afín a Espartero y durante su regencia
participó junto a él en varias campañas militares, por lo que recibió
numerosas condecoraciones.
Con el fin de la regencia de Espartero,
el comienzo de la Década Moderada y la llegada a la presidencia del
gobierno del General Narváez, Espartero tuvo que huir y exiliarse en
Londres. Zurbano se vio obligado a estar rodando por diferentes lugares
de la península incluido Portugal hasta que en 1843 se recluyó en su
finca y solo salió en invierno para hacer un viaje a Francia y en
noviembre de 1844 para liderar la revolución, sublevándose contra del
gobierno moderado de Narváez.
La historia de esta sublevación, su
última aventura, se acomoda a varias fases. El 11 de noviembre de 1844
está en Hormilla con unos cuantos fieles, el día 12 se le suman treinta
milicianos de Ezcaray. La madrugada del 13 se pronuncia en Nájera a
favor de la constitución de 1837 y desde la ciudad se retira a la sierra
riojana en la que pasa la noche y al día siguiente marcha por los
montes haciendo tiempo. El día 15 consciente del fracaso aconseja a sus
acompañantes que se retiren. Se quedan solamente a su lado ocho: sus dos
hijos, el cuñado, el secretario y cuatro íntimos. El día 17 se dividen
en dos grupos. El día 21 eran apresados Juan Martínez y Joaquín Aguilar
en Manjarrés y su hijo Benito y Juan Arandía en Varea, fusilados el día
26 en Logroño. La mañana del 30 sufrían la misma pena su hijo Feliciano,
Baltanás y Paco Hervías que se habían entregado en San Millán de la
Cogolla. Finalmente el 20 de enero de 1845 son capturados Cayo Muro y
Zurbano en las proximidades de Ortigosa. EL primero murió en un intento
de fuga y su cadáver llegó a Logroño a lomos de un mulo junto a Zurbano.
El 21 Don Martín Zurbano fue fusilado en las tapias del convento de
Valbuena en la capital de La Rioja. Sin embargo el recuerdo de Zurbano
subsistiría después de su fallecimiento al consagrarle como un mito del
liberalismo y uno de los mártires de la libertad.
En 1854 termina
la Década Moderada y comienza el Bienio Progresista tras una revolución
contra el gobierno moderado instalada en Zaragoza que llamo a la puerta
de Espartero para ofrecerle el liderazgo. Durante el bienio Espartero
abandonó su casa para sentarse como Presidente del Consejo de Ministros
en Madrid. Dice así: “Riojanos me separo de Logroño mi pueblo adoptivo
porque la patria y su libertad reclaman mi presencia en la invicta
Zaragoza. Me llevo el grato recuerdo de siete años en el que he sido
vuestro conciudadano. Un solo encargo os dejo: obedeced a la patriota
junta que ha sido instalada este día, respetad sus disposiciones y
conservad el orden, garantía segura de triunfo.”
A pesar de su muerte Zurbano sobreviviría convertido en un mito.
(En la foto un retrato de Zurbano y los restos del convento de Valbuena en la actualidad, lugar donde fue fusilado)
Para los que quieran saber más: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=61462
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