domingo, 10 de noviembre de 2019

Sobre el conflico nominal entre La Rioja y la Rioja Alavesa ¿Porqué se llaman igual?




Hoy publicamos un post más relajado y sencillo que otros anteriores. Esto se debe a que quien siga nuestra página ya podrá deducir probablemente por si mismo en base a otros artículos el motivo histórico de esa aparente paradoja nominal que existe hoy en día entre Rioja Alavesa y La Rioja. Por tanto, el artículo no va dirigido tanto a ellos como a otro tipo de personas. Sin embargo, a raíz de recientes acontecimientos que tienen eco en medios de comunicación, es imprescindible aclarar de manera simple el motivo de este hecho que encuentra su explicación desde muy antiguo y no en épocas recientes como algunos creen. Se da un desconocimiento del propio pasado riojano y como siempre sucede, hay una  tendencia de muchas personas por intentar encontrar explicaciones a las cosas de manera simplista y errónea haciéndolas coincidir con los deseos en lugar de con lo que sucedió en realidad. Por tanto, ya que la historia de La Rioja es en sí compleja y poco intuitiva, es necesario un texto sencillo adaptado a todo tipo de personas. Para dar una respuesta a la cuestión iremos explicando todo parte por parte de manera relajada y evitando caer en excesivos detalles desde que aparece por primera vez documentado el nombre de Rioja en el siglo XI hasta tiempos contemporáneos. Aprovecharemos la circunstancia para explicar la historia riojana de manera simple y resumida. Al final llegaremos a  unas conclusiones y ofreceremos una opinión personal.


El nombre de Rioja, primeras referencias (siglo XI):


La primera vez que aparece documentada la existencia de un territorio llamado La Rioja es en el siglo XI. Se suele decir que el documento donde se refleja por primera vez la palabra Rioja es en el fuero de Miranda de Ebro del año 1099, escrita como “Rioga” y “Riogam” y pronunciada como Rioja.  Sin embargo, existen otros textos anteriores que perfectamente pueden ser interpretados como referencias a esta tierra en los cuales su nombre aparece con diferentes grafías. Así sucede por ejemplo  en el Becerro Galicano de San Millán de la Cogolla, donde se trascribe como “Rivo de Ogga” en el año 1082. No obstante, La Rioja del siglo XI es diferente a La Rioja del XXI, ya que en aquella época las dimensiones de esta tierra se reducían a las cuencas de los ríos Oja y Tirón. Asimismo, carecía de entidad político-administrativa. Ciertamente, ninguna de las realidades territoriales existentes en el siglo XI en la península Ibérica eran iguales a las actuales, aunque coincidan nominalmente.
Una de las primeras menciones a La Rioja, año 1082


La expansión de La Rioja. De como La Rioja se agrandó y pasó a ser todo el territorio conformado por la sucesión de siete ríos con sus valles desde el Tirón hasta el Alhama (siglos XI a XVIII). 


De la interpretación de las  sucesivas referencias escritas a La Rioja en épocas antiguas posteriores al siglo XI, podemos deducir que el nombre Rioja fue expandiéndose al ser utilizado de manera paulatina para nombrar a un territorio cada vez mayor, hasta alcanzar a la totalidad de la región (suma de la CA de La Rioja, la Rioja Alavesa y la Riojilla). Hemos de recordar que los límites de la región natural exceden los de la región política (actual comunidad autónoma). Como ejemplos de referencias  a esta tierra podemos mencionar las de  las obras de Esteban de Garibay (sigloXVI), Florián Ocampo (siglo XVI) o Albia de Castro (siglo XVII) de las que ya hablamos en otros artículos que enlazamos, donde se menciona  que localidades muy alejadas del primigenio nucleo Oja-Tirón son riojanas. Por ejemplo, Esteban de Garibay en el año 1571 nos dice que “Grañon, Nagerá, Logroñó, Arnedo, Biguera y otros muchos pueblos y fortalezas de la Riojao  "Nauarrete cuyo territorio produze los mejores vinos de toda la Rioja." o la descripción que realiza Florian Ocampo en el año 1544 donde  dice que  vna buena parte de tierra contenida dentro de las vertientes septentrionales, que fe figuen deftos montes y delas riberas del río Ebro fe dize comunmente Rioja”. También en muchos otros como en el libro titulado Santo Domingo de la Calzada, Abraham de La Rioja del año 1702 y sin olvidar las referencias de los siglos XIII y XIV.  No obstante, el Fraile del monasterio de Valvanera Mateo Anguiano Nieva es el primero que se esfuerza en describir de una manera concreta y exacta los límites riojanos en su obra del año 1701 titulada Compendio historial de la provincia de La Rioja, de sus Santos y de sus milagrosos santuarios, en ella dice así: "en su longitud la Provincia de la Rioja va desde Villafranca de Montes de Oca hasta la villa de Ágreda, y su latitud se toma desde las cumbres de las Sierras, que por la mayor parte ciñen dicha provincia, que son muchas y muy altas. Todas las poblaciones que se contienen en dicha demarcación son pertenecientes a dicha Provincia, y sus Naturales son y se llaman Riojanos (…) La Provincia de la Rioja linda inmediatamente con los Reynos de Navarra y de Aragón, con las Provincias de Alaba y la Bureba, con tierras de Burgos y de Soria" Como vemos, los límites de La Rioja que nos describe el Padre Anguiano son similares a los actuales, aunque tienen una mayor extensión, y este es el detalle importante.  También nos indica que La Rioja tiene dos partes, la Rioja Alta y la Rioja Baja, explicándolo de esta manera : "Dividese la Rioja en alta y baja: La alta comienza desde Villafranca de Montes de Oca hasta Logroño y la baja desde Logroño hasta Agreda y casi toda atraviesa a lo largo del río Ebro. Los pueblos de la Rioja alta y aún más los de la baja son llamados berones......"  De este documento también hablamos aquí.  Existen además numerosos mapas en los cuales aparece La Rioja desde el siglo XVII, que ya mostramos en esta página . Todos ellos tienen más o menos errores. Entre los mismos hay que destacar el titulado Mapa de La Rioja dividida en Alta y Baja, con la parte de la Sonsierra que llaman comúnmente Rioja Alavesa de Tomás López del año 1769. En él observamos que La Rioja se divide en tres partes: la Rioja Alta y la Baja que encuentran su divisoria en el río Iregua y la Alavesa, cuyo límite con la Alta se sitúa aproximadamente en el río Ebro. Mantiene aquella además en esta época su primitivo nombre de Sonsierra que retrocedió en el siglo XVIII para terminar prevaleciendo el de Rioja Alavesa que conocemos hoy en día. Como vemos, las referencias nos enmarcan como riojanos unos territorios muy bien delimitados por la geografía, los cuales abarcan una sucesión de valles que discurren paralelos hasta desembocar en el Ebro y que van desde el río Tirón por el oeste hasta el Alhama por el este, sin olvidar el Queiles y donde sus naturales  se llaman riojanos y así son conocidos. Asimismo, como hemos mencionado, además de los siete valles con sus siete rios, hay que añadir el territorio de la antigua Sonsierra, que es la situada entre el Ebro y la sierra de Cantábria, la cual conforma un gran murallón que la separa del resto, hoy en su mayoría llamada Rioja Alavesa.

Mapa de La Rioja dividida en Alta y Baja, año 1769


El  provincialismo riojano. De como La Rioja quiso ser provincia independiente de la monarquía (siglos XVIII y XIX)


Ciertamente, el término “provincia” existe en la historia desde muy antiguo, habiéndose utilizando para denominar a diferentes entidades. Sin embargo, la estructura político-administrativa provincial española tal y como hoy en día la conocemos, nace a comienzos del siglo XIX. Antes de esta fecha, en el siglo XVIII, España había sido dividida en una serie de circunscripciones territoriales llamadas intendencias/provincias. En esa división esta Rioja de los 7 valles y Sonsierra había quedado asignada a las de Burgos, Soria y Álava. Ademas, es en dicha centuria cuando se empiezan a formar sociedades de amigos del país, fundándose en Fuenmayor la Real Sociedad Económica de La Rioja en el año 1784 y de la que hemos hablado en multitud de ocasión en nuestra página, la última vez aquí.  Esta sociedad estaba vinculada al sector vitivinícola, construyó carreteras y puentes con fines comerciales, algunos conservados en la actualidad. Asimismo, no le convenía para sus intereses aquella división en intendencias, por lo cual, cuando comenzara a plantearse la creación de las provincias,  demandaría la creación de un marco administrativo provincial propio para La Rioja. De esta manera la región no tendría que depender de otras localidades no riojanas. La sociedad escribió en 1820 una misiva al congreso nacional con este propósito titulada: “Exposición de las razones que la sociedad riojana y los comisionados por los pueblos de su distrito presentan al congreso nacional en apoyo de su solicitud para que en la Rioja se forme una provincia separada e independiente” . Lo mismo  solicitaría una institución  llamada  Sociedad Patriótica de Logroño, celebrándose además reuniones con dicho fin en localidades como Logroño o Torremontalbo. También buscarían el mencionado objetivo personajes como el  Marqués de Legarda, Antonio Norberto Fernández de Navarrete, que en 1813  redactó un documento titulado: Descripción geográfica, física y políticoeconómica de la provincia de Rioja, o Discurso sobre la necesidad, justicia, utilidad y ventajas que resultarían a ella y al Estado en su erección a provincia política de la Monarquía, independiente de las demás “ así como su hermano Martín Fernandez de Navarrete con su “Carta de un riojano a un señor diputado en cortes”.

Portada del documento presentado por la sociedad riojana solicitando que a La Rioja se le dotara de un marco administrtivo provinvial propio (año 1820)


El conflicto nominal y la primera provincia. De como se consigue dotar a La Rioja de un marco administrativo provincial propio, pero pierde su nombre y pasa a llamarse provincia de Logroño (1822-1823)


Finalmente, las demandas que buscaban dotar a La Rioja de un marco administrativo provincial tienen  éxito. En el año 1822 se realiza la primera división provincial española y en ella nace con este objetivo la provincia de Logroño. Si bien vio reducidas territorialmente sus aspiraciones, fue todo un logro en las reivindicaciones que se llevaban produciendo con anterioridad. En la documentación de la época relativa a la creación de las provincias siempre se habla de una provincia de La Rioja, debido a que en un principio se pensó en conservar los nombres históricos para las circunscripciones. Sin embargo, debido a la necesidad de realizar una unificación terminológica y a un conflicto entre las provincias de Zaragoza, Huesca y Teruel tal y como explicamos aquí, se decidió dar a la mayoría de ellas los nombres de sus capitales. Por este motivo  La Rioja pasa a ser provincia de  Logroño. Uno de los documentos de la época que da constancia de este hecho dice así: “En la sesión de cortes celebrada este día se ha declarado a la Rioja en provincia independiente bajo la denominación de provincia de Logroño y por capital a esta ciudad”. Aquella provincia de Logroño contaba con mayor territorio que  la que sería provincia en 1833 y por tanto mayor que la actual comunidad autónoma. Como hemos explicado, abarcaba únicamente territorio ya conocido entonces como riojano y por lo tanto además de todos los pueblos  que hoy en día quedan integrados en la autonomía de La Rioja, también incluía los de la Rioja Alavesa. La provincia duro apenas un año, ya que la entrada en España del ejército de los Cien mil hijos de San Luis y el retorno al absolutismo provocáron la cancelación de la división territorial española.

Se ha declarado a La Rioja por provincia independiente bajo la denominación de provincia de Logroño (1822)


La segunda provincia de Logroño y el recorte territorial. De como se reducen los límites de 1822 para pasar a ser los actuales (1833).


Tras la muerte de Fernando VII se vuelve a realizar una nueva división provincial española y en ella se reinstaura nuevamente la provincia de Logroño, pero con unos límites más reducidos que los de 1822. Al menguar los límites, algunos territorios riojanos pasan  a las provincias vecinas como son Alava, Burgos y Soria. Los dos primeros, aún hoy conservan nominalmente la condición de riojanos (Rioja Alavesa y Riojilla Burgalesa).

Comparativa de provincias de 1822 y de 1833

 

El estado autonómico y la permutación nominal. De como la provincia de Logroño recupera su nombre de La Rioja y el conflicto con Álava y Burgos. (1976-1980)


Durante el periodo comprendido entre la división provincial de 1833 y la transición, el nombre de La Rioja realmente nunca llegó a perderse. Continuaba vivo en sus ciudadanos que denominaban así al territorio y se identificaban como riojanos. Asimismo, los medios de comunicación e instituciones de la provincia también llevaban este nombre como Diario La Rioja fundado en 1889 o el Instituto de Estudios Riojanos fundado en los años 40 del siglo XX. Pero de todo esto ya hablamos más detenidamente aquí.

A la llegada de la transición, fue la propia población civil de la provincial la que planteó el cambio de nombre de la misma por el que de Rioja, que se venía utilizando secularmente. Los políticos cogieron el testigo y se pusieron a la tarea. Conseguirlo no fue fácil, puesto que no había ninguna ley que permitiera modificar la denominación de las provincias, así que hubo que aplicar una relativa al cambio de nombre de municipios con condiciones muy exigentes. Entre ellas se solicitaba un estudio histórico y dictamen de la Real Academia de la historia. Todos estos requisitos se cumplieron, sin embargo las provincias de Burgos y Álava rechazaron la modificación alegando que parte de La Rioja estaba incluida en sus respectivas provincias. Esto se debe a  que además de haberse conservado el nombre Rioja dentro de la propia provincia de Logroño, también lo hizo en los territorios de la misma que fueron recortados en la división provincial de 1833 y que acabaron pasando a otras circunscripciones. Finalmente, el cambio fue aprobado en el senado con el voto a favor de todos, incluidos los alaveses, solo con la condición de que no se alterara la denominación de los territorios situados fuera de dicha provincia.

Primer número de Diario La Rioja, año 1889


 

Conclusiones y opinión personal:

 

El intento de dotar a La Rioja de una administración provincial propia, que  tuvo lugar durante la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del XIX fue exitoso. Sin embargo, la región  tuvo que perder en el proceso su propio nombre para obtener el de su capital, así como también algunos territorios riojanos que quedaron ubicados en las provincias vecinas.  A pesar de todo, el nombre no solo se conservó por tradición en la propia provincia de Logroño, sino también en algunos territorios situados fuera de la misma que habían sido recortados en la división provincial de 1833, siendo estos  la zona alavesa y la burgalesa.  La permutación nominal se realizó cumpliendo la legalidad y sin perjuicio de las zonas situadas fuera de la misma que pueden continuar utilizando también el nombre.

A pesar de esto, aún hoy en día algunas personas oriundas de la zona de la Rioja Alavesa se muestran contrarias al hecho de que la comunidad autónoma de La Rioja se llame de esta manera, muchas veces alegando argumentos falaces sin ningún sentido histórico (como hizo hace unos años un representante del PNV) o simplemente argumentando razones de una supuesta pretendida exclusividad.  Si echamos un vistazo a nuestro alrededor veremos que es bastante habitual que varias regiones o municipios reciban una misma denominación, ya no solo dentro de la propia España, sino también en América, debido a la conquista de la misma por parte del imperio Español , lo cual  no ha supuesto nunca nunca ningún problema.  Existen  Riojas en Argentina o Perú fruto de riojanos españoles que llevaron consigo tal denominación. La existencia de una Rioja en Argentina no excluye la de otra en Perú o en España. Tampoco dentro de un mismo país, en el caso de la comunidad autónoma y la zona alavesa.  Asimismo, siguiendo los principios de la democracia, es incoherente que  10.000 riojano-alaveses pretendan decidir sobre más de 300.000 riojalteños y riojabajeños. 



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