Hoy publicamos un post más relajado y sencillo que otros
anteriores. Esto se debe a que quien siga nuestra página ya podrá deducir probablemente
por si mismo en base a otros artículos el motivo histórico de esa aparente
paradoja nominal que existe hoy en día entre Rioja Alavesa y La Rioja. Por
tanto, el artículo no va dirigido tanto a ellos como a otro tipo de personas. Sin
embargo, a raíz de recientes acontecimientos que tienen eco en medios de
comunicación, es imprescindible aclarar de manera simple el motivo de este
hecho que encuentra su explicación desde muy antiguo y no en épocas recientes
como algunos creen. Se da un desconocimiento del propio pasado riojano y como
siempre sucede, hay una
tendencia de
muchas personas por intentar encontrar explicaciones a las cosas de manera
simplista y errónea haciéndolas coincidir con los deseos en lugar de con lo que
sucedió en realidad. Por tanto, ya que la historia de La Rioja es en sí
compleja y poco intuitiva, es necesario un texto sencillo adaptado a todo tipo
de personas. Para dar una respuesta a la cuestión iremos explicando todo parte
por parte de manera relajada y evitando caer en excesivos detalles desde que aparece por primera vez documentado el nombre de Rioja en
el siglo XI hasta tiempos contemporáneos. Aprovecharemos la circunstancia para
explicar la historia riojana de manera simple y resumida. Al final llegaremos
a
unas conclusiones y ofreceremos una
opinión personal.
El nombre de Rioja, primeras referencias (siglo XI):
La primera vez que aparece documentada la existencia de un
territorio llamado La Rioja es en el siglo XI. Se suele decir que el documento
donde se refleja por primera vez la palabra Rioja es en el fuero de Miranda de
Ebro del año 1099, escrita como “Rioga” y “Riogam” y pronunciada como Rioja. Sin embargo, existen otros textos anteriores
que perfectamente pueden ser interpretados como referencias a esta tierra en los
cuales su nombre aparece con diferentes grafías. Así sucede por ejemplo en el Becerro Galicano de San Millán de la
Cogolla, donde se trascribe como “Rivo de Ogga” en el año 1082. No obstante, La
Rioja del siglo XI es diferente a La Rioja del XXI, ya que en aquella época las
dimensiones de esta tierra se reducían a las cuencas de los ríos Oja y Tirón.
Asimismo, carecía de entidad político-administrativa. Ciertamente, ninguna de
las realidades territoriales existentes en el siglo XI en la península Ibérica
eran iguales a las actuales, aunque coincidan nominalmente.
 |
Una de las primeras menciones a La Rioja, año 1082 |
La expansión de La Rioja. De como La Rioja se agrandó y pasó
a ser todo el territorio conformado por la sucesión de siete ríos con sus
valles desde el Tirón hasta el Alhama (siglos XI a XVIII).
De la interpretación de las
sucesivas referencias escritas a La Rioja en épocas antiguas posteriores
al siglo XI, podemos deducir que el nombre Rioja fue expandiéndose al ser utilizado
de manera paulatina para nombrar a un territorio cada vez mayor
, hasta alcanzar a la totalidad de la región (suma de la CA de La Rioja, la Rioja Alavesa y la Riojilla). Hemos de recordar que los límites de la región natural exceden los de la región política (actual comunidad autónoma). Como ejemplos de referencias a esta tierra podemos mencionar las de las obras de
Esteban de Garibay (sigloXVI), Florián Ocampo (siglo XVI) o
Albia de Castro (siglo XVII) de las que ya
hablamos en otros artículos que enlazamos, donde se menciona
que localidades muy alejadas del primigenio nucleo
Oja-Tirón son riojanas. Por ejemplo, Esteban de Garibay en el año 1571 nos dice
que “
Grañon,
Nagerá, Logroñó, Arnedo, Biguera y otros muchos pueblos y fortalezas de la Rioja”o "Nauarrete cuyo territorio produze los mejores
vinos de toda la Rioja." o la descripción que realiza
Florian Ocampo en el año 1544 donde
dice
que
“
vna buena parte de tierra contenida
dentro de las vertientes septentrionales, que fe figuen deftos montes y delas
riberas del río Ebro fe dize comunmente Rioja”. También en muchos otros
como en el libro titulado
Santo Domingo de la Calzada, Abraham de La Rioja del
año 1702 y sin olvidar las referencias de los siglos XIII y XIV.
No obstante, el Fraile del monasterio de
Valvanera Mateo Anguiano Nieva es el primero que se esfuerza en describir de
una manera concreta y exacta los límites riojanos en su obra del año 1701
titulada
Compendio historial de la provincia de La Rioja, de sus Santos y de sus milagrosos santuarios, en ella dice así:
"en su longitud la
Provincia de la Rioja va desde Villafranca de Montes de Oca hasta la villa de
Ágreda, y su latitud se toma desde las cumbres de las Sierras, que por la mayor
parte ciñen dicha provincia, que son muchas y muy altas. Todas las poblaciones
que se contienen en dicha demarcación son pertenecientes a dicha Provincia, y
sus Naturales son y se llaman Riojanos (…) La Provincia de la Rioja linda
inmediatamente con los Reynos de Navarra y de Aragón, con las Provincias de Alaba
y la Bureba, con tierras de Burgos y de Soria" Como vemos, los límites
de La Rioja que nos describe el Padre Anguiano son similares a los actuales,
aunque tienen una mayor extensión, y este es el detalle importante.
También nos indica que La Rioja tiene dos
partes, la Rioja Alta y la Rioja Baja, explicándolo de esta manera :
"Dividese la Rioja en alta y baja: La alta comienza desde Villafranca de Montes de Oca
hasta Logroño y la baja desde Logroño hasta Agreda y casi toda atraviesa a lo
largo del río Ebro. Los pueblos de la Rioja alta y aún más los de la baja son
llamados berones......" De este
documento también hablamos
aquí.
Existen
además numerosos
mapas en los cuales aparece La Rioja desde el siglo XVII, que ya mostramos en esta página . Todos
ellos tienen más o menos errores. Entre los mismos hay que destacar el titulado
Mapa de La Rioja dividida en Alta y Baja, con la parte de la Sonsierra que
llaman comúnmente Rioja Alavesa de Tomás López del año 1769. En él observamos que
La Rioja se divide en tres partes: la Rioja Alta y la Baja que encuentran su
divisoria en el río Iregua y la Alavesa, cuyo límite con la Alta se sitúa aproximadamente
en el río Ebro. Mantiene aquella además en esta época su primitivo nombre de
Sonsierra que retrocedió en el siglo XVIII para terminar prevaleciendo el de
Rioja Alavesa que conocemos hoy en día. Como vemos, las referencias nos
enmarcan como riojanos unos territorios muy bien delimitados por la geografía,
los cuales abarcan una sucesión de valles que discurren paralelos hasta
desembocar en el Ebro y que van desde el río Tirón por el oeste hasta el Alhama
por el este, sin olvidar el Queiles y donde sus naturales
se llaman riojanos y así son conocidos. Asimismo, como hemos mencionado, además de los siete valles con sus siete rios,
hay que añadir el territorio de la antigua Sonsierra, que es la situada entre
el Ebro y la sierra de Cantábria, la cual conforma un gran murallón que la
separa del resto, hoy en su mayoría llamada Rioja Alavesa.
 |
Mapa de La Rioja dividida en Alta y Baja, año 1769 |
El provincialismo riojano.
De como La Rioja quiso ser provincia independiente de la monarquía (siglos
XVIII y XIX)
Ciertamente, el término “
provincia” existe en la historia
desde muy antiguo, habiéndose utilizando para denominar a diferentes entidades.
Sin embargo, la estructura político-administrativa provincial española tal y como hoy en día la conocemos, nace a comienzos del siglo XIX. Antes de esta fecha, en el siglo XVIII, España
había sido dividida en una serie de circunscripciones territoriales llamadas
intendencias/provincias. En esa división esta Rioja de los 7 valles y Sonsierra había
quedado asignada a las de Burgos, Soria y Álava. Ademas, es en dicha centuria cuando se
empiezan a formar sociedades de amigos del país, fundándose en Fuenmayor la
Real Sociedad Económica de La Rioja en el año 1784 y de la que hemos hablado en
multitud de ocasión en nuestra página, la última vez
aquí.
Esta sociedad estaba vinculada al sector
vitivinícola, construyó carreteras y puentes con fines comerciales, algunos
conservados en la actualidad. Asimismo, no le convenía para sus intereses
aquella división en intendencias, por lo cual, cuando comenzara a plantearse la
creación de las provincias,
demandaría
la creación de un marco administrativo provincial propio para La Rioja. De esta
manera la región no tendría que depender de otras localidades no riojanas. La sociedad
escribió en 1820 una misiva al congreso nacional con este propósito titulada: “
Exposición
de las razones que la sociedad riojana y los comisionados por los pueblos de su
distrito presentan al congreso nacional en apoyo de su solicitud para que en la
Rioja se forme una provincia separada e independiente” . Lo mismo
solicitaría una institución
llamada
Sociedad Patriótica de Logroño, celebrándose
además reuniones con dicho fin en localidades como Logroño o Torremontalbo.
También buscarían el mencionado objetivo personajes como el
Marqués de Legarda, Antonio Norberto Fernández
de Navarrete, que en 1813
redactó un
documento titulado
: “Descripción geográfica, física y político–económica de la provincia de Rioja, o Discurso sobre la necesidad, justicia,
utilidad y ventajas que resultarían a ella y al Estado en su erección a
provincia política de la Monarquía, independiente de las demás “ así como su hermano
Martín Fernandez de Navarrete con su “
Carta de un riojano a un señor diputado
en cortes”.
 |
Portada del documento presentado por la sociedad riojana solicitando que a La Rioja se le dotara de un marco administrtivo provinvial propio (año 1820) |
El conflicto nominal y la primera provincia. De como se consigue dotar a La Rioja de un marco administrativo provincial propio, pero pierde
su nombre y pasa a llamarse provincia de Logroño (1822-1823)
Finalmente, las demandas que buscaban dotar a La Rioja de un
marco administrativo provincial tienen
éxito. En el año 1822 se realiza la primera división provincial española
y en ella nace con este objetivo la provincia de Logroño. Si bien vio reducidas
territorialmente sus aspiraciones, fue todo un logro en las reivindicaciones
que se llevaban produciendo con anterioridad. En la documentación de la época relativa a la
creación de las provincias siempre se habla de una provincia de La Rioja,
debido a que en un principio se pensó en conservar los nombres históricos para
las circunscripciones. Sin embargo, debido a la necesidad de realizar una
unificación terminológica y a un conflicto entre las provincias de Zaragoza,
Huesca y Teruel
tal y como explicamos aquí, se decidió dar a la mayoría de
ellas los nombres de sus capitales. Por este motivo
La Rioja pasa a ser provincia de
Logroño. Uno de los documentos de la época
que da constancia de este hecho dice así: “
En la sesión de cortes celebrada
este día se ha declarado a la Rioja en provincia independiente bajo la
denominación de provincia de Logroño y por capital a esta ciudad”. Aquella provincia de Logroño contaba con mayor territorio
que
la que sería provincia en 1833 y por
tanto mayor que la actual comunidad autónoma. Como hemos explicado, abarcaba únicamente
territorio ya conocido entonces como riojano y por lo tanto además de todos los
pueblos
que hoy en día quedan integrados
en la autonomía de La Rioja, también incluía los de la Rioja Alavesa. La provincia duro apenas un año, ya que la entrada en España
del ejército de los Cien mil hijos de San Luis y el retorno al absolutismo
provocáron la cancelación de la división territorial española.
 |
Se ha declarado a La Rioja por provincia independiente bajo la denominación de provincia de Logroño (1822) |
La segunda provincia de Logroño y el recorte territorial. De
como se reducen los límites de 1822 para pasar a ser los actuales (1833).
Tras la muerte de Fernando VII se vuelve a realizar una
nueva división provincial española y en ella se reinstaura nuevamente la
provincia de Logroño, pero con unos límites más reducidos que los de 1822. Al
menguar los límites, algunos territorios riojanos pasan a las provincias vecinas como son Alava,
Burgos y Soria. Los dos primeros, aún hoy conservan nominalmente la condición
de riojanos (Rioja Alavesa y Riojilla Burgalesa).
 |
Comparativa de provincias de 1822 y de 1833 |
El estado autonómico y la permutación nominal. De como la
provincia de Logroño recupera su nombre de La Rioja y el conflicto con Álava y
Burgos. (1976-1980)
Durante el periodo comprendido entre la división provincial
de 1833 y la transición, el nombre de La Rioja realmente nunca llegó a perderse.
Continuaba vivo en sus ciudadanos que denominaban así al territorio y se
identificaban como riojanos. Asimismo, los medios de comunicación e
instituciones de la provincia también llevaban este nombre como Diario La Rioja
fundado en 1889 o el Instituto de Estudios Riojanos fundado en los años 40 del
siglo XX. Pero
de todo esto ya hablamos más detenidamente aquí.
A la llegada de la transición, fue la propia población civil
de la provincial la que planteó el cambio de nombre de la misma por el que de
Rioja, que se venía utilizando secularmente. Los políticos cogieron el testigo
y se pusieron a la tarea. Conseguirlo no fue fácil, puesto que no había ninguna
ley que permitiera modificar la denominación de las provincias, así que hubo
que aplicar una relativa al cambio de nombre de municipios con condiciones muy
exigentes. Entre ellas se solicitaba un estudio histórico y dictamen de la Real
Academia de la historia. Todos estos requisitos se cumplieron, sin embargo las
provincias de Burgos y Álava rechazaron la modificación alegando que parte de
La Rioja estaba incluida en sus respectivas provincias. Esto se debe a que además de haberse conservado el nombre
Rioja dentro de la propia provincia de Logroño, también lo hizo en los
territorios de la misma que fueron recortados en la división provincial de 1833
y que acabaron pasando a otras circunscripciones. Finalmente, el cambio fue
aprobado en el senado con el voto a favor de todos, incluidos los alaveses,
solo con la condición de que no se alterara la denominación de los territorios
situados fuera de dicha provincia.
 |
Primer número de Diario La Rioja, año 1889 |
Conclusiones y opinión personal:
El intento de dotar a La Rioja de una administración
provincial propia, que tuvo lugar durante
la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del XIX fue exitoso. Sin embargo,
la región tuvo que perder en el proceso
su propio nombre para obtener el de su capital, así como también algunos
territorios riojanos que quedaron ubicados en las provincias vecinas. A pesar de todo, el nombre no solo se
conservó por tradición en la propia provincia de Logroño, sino también en algunos
territorios situados fuera de la misma que habían sido recortados en la
división provincial de 1833, siendo estos la zona alavesa y la burgalesa. La permutación nominal se realizó cumpliendo
la legalidad y sin perjuicio de las zonas situadas fuera de la misma que pueden
continuar utilizando también el nombre.
A pesar de esto, aún hoy en día algunas
personas oriundas de la zona de la Rioja Alavesa se muestran contrarias al
hecho de que la comunidad autónoma de La Rioja se llame de esta manera, muchas
veces alegando argumentos falaces sin ningún sentido histórico (como hizo hace
unos años un representante del PNV) o simplemente argumentando razones de una
supuesta pretendida exclusividad. Si
echamos un vistazo a nuestro alrededor veremos que es bastante habitual que
varias regiones o municipios reciban una misma denominación, ya no solo dentro
de la propia España, sino también en América, debido a la conquista de la misma
por parte del imperio Español , lo cual
no ha supuesto nunca nunca ningún problema. Existen
Riojas en Argentina o Perú fruto de riojanos españoles que llevaron
consigo tal denominación. La existencia de una Rioja en Argentina no excluye la
de otra en Perú o en España. Tampoco dentro de un mismo país, en el caso de la
comunidad autónoma y la zona alavesa. Asimismo, siguiendo los principios de la democracia, es incoherente que 10.000 riojano-alaveses pretendan decidir sobre más de 300.000 riojalteños y riojabajeños.
